Cómo manejar sobre arena y barro

Al salir del asfalto, se requiere de técnicas básicas de conducción muy distintas a las habituales. Aunque no es necesario ser un profesional para incursionar en forma segura por terrenos complicados trazados por obra y capricho de la naturaleza.

En los últimos años, los vehículos Sport Utilities y Todo-terreno han alcanzado una difusión fuera de lo común en casi todos los mercados del mundo. Son pocos los fabricantes que a estas alturas no ofrezcan en su gama de productos algún modelo 4x4.

Lo curioso de todo esto es que sus dueños casi nunca explotan las cualidades de estos vehículos en el manejo fuera de la ruta. El uso primordialmente ciudadano y eventualmente rutero se debe a que el usuario encuentra gran espacio interior, seguridad en el tránsito, una imagen moderna, y en países como el nuestro, cierto distintivo.

Pero quien cuente con una 4x4, en más de una oportunidad se verá tentado de incursionar en terrenos diferentes a los cotidianos, como puede ser la arena de los médanos o el barro. En estos casos, el peor error que se puede cometer, es pensar que por el solo hecho de contar con doble tracción, todo será posible y nada nos hará detener la marcha.

Al igual que en cualquier automóvil, para cada condición de marcha hay técnicas y formas de conducción que habrá que llevar a cabo para no sufrir severos inconvenientes.

En todos los casos, especialmente si las incursiones en el manejo "off-road" son muy esporádicas, el mejor modo de enfrentarse a la conducción de una 4x4 es hacerlo con precaución.

En una Todo-terreno en su ambiente natural, la velocidad puede jugar en contra y producir graves percances. La posición de manejo, a su vez, obliga a tener una postura frente al volante más alta y adelantada, para poder divisar con rapidez los numerosos obstáculos. Pero lo más importante en el off-road es tener prudencia y paciencia: nunca está de más detener la marcha ante un obstáculo de dudosas condiciones de sobrepaso, bajarnos para estudiarlo y sortearlo sin inconvenientes o buscar una trayectoria alternativa.

Arena

En terrenos de arena firme y médanos, el principal riesgo es quedar atollado, ya que es común encontrar zonas blandas de arena suelta o claros de agua; por eso se aconseja mantener una velocidad constante, no utilizar el freno (puede clavarse de trompa), y ante la menor pérdida de adherencia, dejar de acelerar para enterrar las ruedas lo menos posible.

Los médanos se encaran en línea recta, evitando el deslizamiento lateral que puede provocar un vuelco. El mismo consejo vale para las pendientes descendentes, en las que además no es recomendable, accionar el freno; lo indicado es hacerlo en Baja con marchas cortas como la 2ª o 3ª, en línea recta y sin accionar el pedal de embrague.

Si se transita por lugares llanos, hay que estar atento a la velocidad, ya que la ausencia de grandes obstáculos incitará a pisar el acelerador. Pero cualquier terreno ofrece sorpresas, y un imprevisto (piedras, pozos, o simplemente una moto que se cruza en el camino) puede obligar a cambiar bruscamente de dirección y provocar un derrape con el riesgo de desbandar un neumático.

Sobre la arena es conveniente conectar la doble tracción, si es posible en Baja, con un cambio alto (cuarta o quinta velocidad) y bajar la presión de los neumáticos hasta dejarlos entre 13 y 18 libras. Los más anchos y sin tacos, son los recomendables para obtener máxima adherencia.

Barro

El terreno más complicado y que mayor cantidad de accesorios requiere (pala, gato, hi-lift, planchas, linga y ganchos para remolque entre otros elementos), para salir de un atasco, es el barro.

Las pérdidas de adherencia son casi una constante, sobre todo si el agua no llegó a penetrar las capas más profundas; en todos los casos es conveniente dosificar la potencia, es decir llevar el motor al torque máximo, circular con doble tracción en Baja con una marcha larga conectada y mantener un ritmo "alegre".

Cuando en el camino hay huellas, conviene circular por ellas, - sin temerle al agua acumulada-, ya que ayudarán a guiar las ruedas; pero si los surcos son muy profundos pueden tocar los bajos del vehículo, por lo que será aconsejable transitar por las crestas de las huellas, despacio y evitando los deslizamientos laterales.

En el barro no es conveniente frenar o desembragar compulsivamente en situaciones complicadas, ya que la respuesta del vehículo puede ser inesperada y opuesta a la de piso firme.

Cuando se debe utilizar la doble tracción y la reductora

4x2 Alta

· En la ruta

· En la ciudad

· Por caminos firmes que presenten una superficie en la que un automóvil común tampoco tenga inconvenientes

4x4 Alta

· Por caminos con superficie irregular como ripio o conchilla

· Sobre caminos resbaladizos, barrosos o inundados

· Por arena y barro en superficies sin grandes obstáculos

4x4 Baja

· En el barro

· En pendientes pronunciadas, tanto para subirlas como para bajarlas

· Para superar obstáculos como rocas, troncos, etc.

· Para cruzar corrientes de agua

Arena

· Lo más ancho posible y con dibujo moderado, los tacos en la banda pueden escarbar mucho la arena perjudicando el apoyo.

Barro

· Se recomiendan MT o TA, especialmente diseñados para el barro, cuanto más grandes sean los tacos y la separación entre los mismos mejor, o cadenas

Un neumático para cada terreno

Planchas o Escaleras

Como en todas la disciplinas, es muy importante la experiencia en la conducción todo terreno, cuando nos encontramos atrapados por el terreno sobre el que circulamos, en la mayoría de los casos bastará con el tirón de otro vehículo para salir del aprieto.

Para las situaciones más comprometidas lo ideal será disponer de un cabrestante, pero no todos los vehículos lo llevan y el algunos casos no será posible utilizarlo.

Es hora de recurrir a las planchas o escaleras, éstas son unas chapas construídas de hierro zincado, aluminio, o excepcionalmente de fibra de vidrio. Su tamaño es variable, entre 1 y 2 metro de largo y una anchura de 35 o 40 cms, incorporan pliegues longitudinales, para aumentar su rigidez y otros transversales para favorecer el agarre del neumático, con un peso que varía entre 3 y 10 kilos en función del tipo de material utilizado para su construcción.

Pueden ser rígidas o articuladas, las primeras son de uso más extendido, ya que las articuladas solo presentan a su favor, la facilidad de transporte y almacenaje.

Las escaleras consisten en un tramado de tubos de acero o aluminio con una longitud de metro y medio y una anchura similar a la de las planchas.

Entre peldaño y peldaño hay una distancia de 20 cms y conviene pintarlas para evitar que se oxiden, y de un color que haga fácil su localización.

Las planchas son especialmente útiles en la arena, donde conviene limpiar los bajos del vehículo antes de colocarlas. Si solo contamos con 2 planchas debemos de colocarlas en las ruedas traseras, (aunque siempre 4 será mejor que 2), alinearlas bien, despejar el camino de las ruedas, comprobar la presión de los neumáticos y mantener la dirección recta. La presión de los neumáticos para circular en la arena debe de ser 0.8 ykg/cm2.

A excepción de la arena, las escaleras ofrecen unas prestaciones muy superiores a las planchas, siempre que sean capaces de soportar el peso del vehículo, permiten improvisar un puente, superar zanjas o abordar obstáculos que el ángulo de ataque de nuestro coche no sería capaz de superar. Son muy útiles en zonas de barro, en zonas trialeras resultan muy prácticas, suavizando un desnivel; también se pueden utilizar en la nieve, donde su forma permite mayor adherencia a los neumáticos.

A la hora de elegir entre planchas o escaleras, deberemos de analizar previamente su uso, las planchas son ligeras manejables y se pueden adquirir ya construidas, son fáciles de transportar y fundamentales para la arena. Las escaleras son más difíciles de y engorrosas de manejar, además de tener que "mandarlas a hacer", su transporte siempre es problemático, sin embargo la versatilidad de las escaleras es muy superior a la ofrecida por las planchas, ofrecen magníficas prestaciones en la nieve, barro e incluso arena también.